26 de Mayo de 2009
Las cuentas
públicas están afectadas por la crisis y presentan una
evolución que genera inquietud, como es el creciente
financiamiento con fondos de la ANSeS.
En los
últimos meses el superávit fiscal se fue reduciendo hasta
convertirse en déficit financiero, es decir después de pagar
los intereses de la deuda, en abril. El deterioro de las
cuentas se ha debido a la caída de los ingresos fiscales más
vinculados con el comercio exterior y la rentabilidad de las
empresas, mientras que los dependientes del consumo se
mantuvieron.
Ante la
caída de los recursos y la ausencia de oferta en el mercado
de crédito voluntario, el Estado apeló en forma creciente al
financiamiento a través de la colocación de letras en
ministerios y organismos superavitarios, principalmente en
la ANSeS.
Desde el
punto de vista oficial, este procedimiento garantiza la
solvencia fiscal y aleja el fantasma del default. Pero, por
otra parte, la absorción de fondos de la Seguridad Social
genera una entendible inquietud, porque el pago de las
jubilaciones y pensiones depende, en forma creciente, de los
rendimientos de las inversiones decididas por el Estado y de
su solvencia en el futuro.
Esta
preocupación está fundada en la amarga experiencia sobre el
mal manejo de los fondos jubilatorios, una de cuyas
consecuencias actuales es el bajo nivel de las jubilaciones
y pensiones. Es necesario, por lo tanto, dotar de la mayor
transparencia a las operaciones que se realicen y que la
creada Comisión Parlamentaria de
seguimiento de la ANSeS cumpla su misión en función
de la sustentabilidad del sistema de seguridad social y no
se deje influenciar por presiones políticas.
La
utilización de recursos acumulados por el Ministerio del
Interior remite, por otra parte, al tema de las finanzas
provinciales, ya que se trataba de dinero originalmente
destinado al interior, en momentos en que éste sufre una
caída en sus ingresos y, en su conjunto, un déficit fiscal.
El
deterioro de las finanzas provinciales vuelve a poner en
discusión el postergado tema de la Coparticipación. La
reforma constitucional de 1994 incluyó el mandato de que el
Congreso debe establecer un nuevo régimen de distribución de
impuestos, pero esto aún no se ha concretado.
En estas
condiciones, el Gobierno Central tiene la posibilidad de
utilizar recursos nacionales para distribuirlos en forma
altamente discrecional y, en muchas ocasiones, en base a
criterios más políticos que económicos o sociales.
Otro
tema vinculado es el estado del Fondo
Anticíclico Fiscal, creado mediante la Ley 25.152, y
reglamentado en abril del 2000. A partir de 2005 el Fondo
recibió excedentes del superávit fiscal, pero desde hace
años que no se informa sobre su contenido, lo que implica
una falta de transparencia sobre el origen de los recursos a
disposición del Estado.
La
manipulación de las cuentas públicas no es una novedad ya
que, desde 2003 los proyectos de Presupuesto han subestimado
sistemáticamente la tasa de crecimiento del PBI, lo que le
permitió al Ejecutivo contar con ingresos no previstos,
disponibles para ser distribuido según el criterio del
momento.
La
opacidad en el manejo del dinero público es causa de
incertidumbre económica y en particular en un punto
delicado, como es el grado de solvencia futuro.
Si bien
las evaluaciones coinciden en que el Fisco no enfrenta en el
mediano plazo un problema de ese tipo, es necesario
transparentar la política fiscal y, fundamentalmente,
ofrecer certidumbre sobre el destino y las perspectivas de
los fondos previsionales.
Las cuentas públicas muestran un deterioro como
consecuencias de la crisis y en el primer cuatrimestre
tuvieron un déficit financiero. Ante la ausencia de crédito,
el Gobierno recurre en forma creciente a fondos de
organismos oficiales, como la ANSeS. Esto genera inquietud
sobre el futuro de los fondos previsionales. La falta de
transparencia en el manejo de los fondos públicos es motivo
de incertidumbre.
Reproducción del editorial del diario La Nación.
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NOTA
RELACIONADA:
Anses: Sospechas
en el reparto de fondos a las empresas
La diputada María Fernanda
Reyes habló con LPO sobre la presentación de ayer de Amado
Boudou. El funcionario no supo explicar qué criterios se
utilizan para determinar a qué compañías se les prestan
fondos y a cuáles no, y tuvo que reconocer que fallaron los
planes de incentivo. El sospechoso caso de Minetti y los
pagos de TGN.
¿Cuáles
fueron los interrogantes que dejaron la presentación y el
informe de Amado Boudou sobre la utilización de los fondos
de la Anses?
La
cuestión más importante son los criterios utilizados para la
toma de decisiones. Hay grandes dudas con los préstamos o el
rescate de determinadas empresas, como el caso de Massuh,
como cual es el criterio para apuntar a algunas y a otras
no. En ese sentido, no hubo respuestas claras. Otro punto,
dijo el mismo Boudou, que los préstamos que han sido
emitidos para los planes de los electrodomésticos y los
autos 0Km. No tuvieron la repercusión que esperaban tener.
¿Esa
inversión que no dio los frutos que esperaban se traduce en
una pérdida de dinero para la Anses?
Si lo
que tomamos es que se hizo una inversión a plazo fijo no es
una pérdida directa, pero sí es la no efectivización del
proyecto. Hay depositados en determinados bancos un plazo
fijo y esos bancos no están otorgando los préstamos. Por lo
tanto, es plata congelada que podría estar destinada a otras
cuestiones.
¿Qué
saben en cuanto a la inversión en obra pública?
Ellos
dicen que hay varios proyectos de obra pública que están
siendo evaluados por la UBA. Pero la realidad es que si uno
ve para atrás la cantidad de anuncios de obra pública que se
hicieron, la gran mayoría no han sido realizados, y ahora
están siendo evaluados para ser financiados con fondos de la
Anses. ¿Quién nos asegura que estos sí van a ser llevados
adelante?
¿Hubo
información sobre la realidad de los jubilados?
Lo que
quedó claro es que la prioridad no son los jubilados.
Dijeron que no iba a haber ningún tipo de aumento, más allá
de la movilidad. Se le preguntó si iban a lanzar planes
efectivos, como de vivienda o consumo, apuntados
directamente a los jubilados, y la respuesta fue el
silencio. Pero lo más oscuro de todo esto, sigue siendo la
toma de decisiones.
Puntualmente sobre eso, ¿Qué explicación dieron sobre cómo
se evalúa a qué empresas prestar, qué montos o a qué tasas?
Dijeron
que hay muchas empresas donde hay inversiones efectivas y
que no se podía modificar. Reconocieron que se les estaba
dando dinero a muchas empresas pero no explicaron los
criterios utilizados, se ataron al discurso de que esto es
para mantener el nivel de empleo y el ciclo virtuoso de la
economía. En ningún momento expusieron si se hace por
licitación, si hay un comité que decide, nada. Esta
información no estaba.
¿Ni la
dijo Boudou ni figura en el informe que presentó?
No, no
dice absolutamente nada, lo que da a entender que hay una
gran discrecionalidad en la toma de decisiones. A qué
empresas se les da y a cuáles no. La última es el caso de
Massuh, donde no es casual que esté Moreno detrás de esa
empresa y donde tampoco es casual que sea una empresa que
está en quiebra o que hace mucho tiempo está parada.
El
dinero que se les da a las empresas, ¿Son préstamos que
luego tienen que ser devueltos, inversión directa del Estado
adquiriendo patrimonio o simples salvatajes de las compañías
sin devolución de los fondos? ¿Hay algún tipo de
evaluaciones de la capacidad de las compañías para devolver
ese dinero?
Esa es
otra cuestión. En el caso de Massuh, por ejemplo, tenemos
una seria capacidad de solvencia para devolver los fondos. Y
no se toma como un préstamo, sino como una inversión de
Capital, y el beneficio viene con la capacidad o no de la
empresa de generar renta a futuro. Después tenés el caso de
Obligaciones Negociables, que sí son préstamos a las
empresas. Pero en ningún caso tenemos respuesta sobre el
nivel de solvencia de esas empresas. De hecho, hay una causa
con una empresa que no pagó las obligaciones negociables en
este último tiempo…
¿Cuál es
esa empresa?
TGN
(Transportadora de Gas del Sur), a la que le están armando
un sumario.
¿En el
informe figura detallado la cantidad de dinero y a qué
empresas se les prestó? Porque por lo que trascendió
aparecen nombres llamativos, como Cementos Minetti o hasta
Mercedes Benz.
Minetti
no solamente tiene préstamos sino que el Anses allí heredó
acciones de las ex AFJP, por lo que puso un director. De
hecho, no sabemos si se negoció un director a cambio de
adquirir Obligaciones Negociables. Con respecto a otras
empresas, tenés a AySA –obviamente-, Ovoprot, una
industrial, la automotriz Mercedes-Benz y Syngenta, que es
agrícola.
En
cuanto a las automotrices, se habla de un anticipo de $ 164
millones por créditos prendarios correspondientes a la
compra de 5222 automóviles que ya esta acordada. ¿Qué
información tienen sobre esto?
Ninguna.
Lo único que dio es un informe de la UBA sobre la
rentabilidad de esta inversión, que todavía no pudimos
chequear. Estamos revisándolo.